viernes, 5 de noviembre de 2010

Crítica de Teatro: Sonrisas y magia


Lo confieso, jamás imaginé ver un juego de grandes ilusiones (ayudante de mago dentro de una caja atravesado por un gran tubo hueco) acompañado de la música de Nino Bravo.

Esa excentricidad (y muchas otras) son las que se pueden ver en el espectáculo de Mag Lari Sonrisas y Magia. El título describe justamente lo que en el espectáculo se constata, un chorreo incesante de gags, situaciones cómicas y chistes (algunos malísimos aunque a mi son los que más me gustaron) que acompañan una sesión de magia con efectos potentes y muy trabajados. Así por ejemplo, un reloj prestado por una espectadora y “accidentalmente” destrozado, aparece de nuevo intacto dentro de una cajita cerrada que estuvo metida a su vez en otra y ésta a su vez en otra y a su vez en, y a su vez, y… etc. (hasta 8 cajas creo recordar). Y todo ello con el fondo musical de veo veo, qué ves… un número impresionante y muy cómico.

Mag Lari ha logrado desarrollar un estilo personal de mago vacilón pero muy profesional que empatiza rápidamente con el público.

Un artista que se nota desde el primer momento que disfruta de lo que hace, me atrevería a decir incluso que se lo pasa tan bien actuando como nosotros viendo su espectáculo. Y eso se aprecia por ejemplo en ese vacile (insisto, no de mal gusto, va con su estilo) que se trae durante toda la sesión.

Un montaje a la altura de un ilusionista colaborador del programa de  Buenafuente y ganador del Primer Premio Nacional de magia cómica en 1995 y del premio ARC a las Artes Escénicas entre muchos otros.

En definitiva, es un espectáculo en el que se suceden ininterrumpidamente muchas sonrisas y buena magia:


Jerónimo Gómez Escamilla

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