Que las sitcom están de moda, no es algo nuevo. Que los realitys también están de moda, sigue sin ser algo nuevo. Pero que estos dos géneros se mezclen para crear una original serie, es algo novedoso. En esta mezcla de sitcom-reality podemos encuadrar a “The Office” y a “Modern Family”, dos de las series más galardonadas y con más audiencia de los USA.
En Modern Family se mezcla la realidad ficcionada con la ficción directa, para crear en el espectador una sensación total de cercanía a los personajes. En cada episodio encontramos momentos donde los personajes se dirigen directamente a la cámara – en una especie de confesionario de Gran Hermano – sincerando o comentando hechos de su vida cotidiana.
El argumento gira en torno a una familia formada por tres matrimonios, de diferentes edades e ideologías, con una tendencia sobrehumana para crear situaciones histriónicas.
Los lazos familiares son los siguientes: Jay (Ed O´Neill), sesentón, serio, americano y padre de familia, es padre de Claire (seria, ordenada y rígida) y Mitchel (abogado y serio), miembros de las otras dos familias.
Por un lado Jay está divorciado de la madre de sus hijos y casado con Gloria (Sofía Vergara), una colombiana mucho más joven y atractiva que él. Por su parte Claire está casada con Phil (gracioso e infantil), y Mitchell comparte una relación homosexual con Cameron (estereotipo de homosexual evidente).
En último lugar encontramos los hijos/nietos:
Manny à hijo de Gloria con otro hombre con su primer marido.
Haley, Alex y Lukeà hijos de Claire y Phil.
Lilyà bebe vietnamita adoptado por Mitchell y Cameron.
La serie no sigue un hilo conductivo muy fuerte, dando saltos temporales y argumentales en cada episodio. Una decisión bastante acertada, ya que la confusión y desorientación que crean las situaciones cómicas del show, sumado a la no aparición constante de recuerdos de episodios anteriores, mantienen al espectador en un permanente estado mental de WTF!.
Muy recomendable
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