Durante muchos años, la magia y la televisión se han convertido en aliados inseparables. Atrás quedan las medias luces del teatro, el boca a boca y los folletos publicitarios a las puertas de colegios, universidad, discotecas... Y, más atras todavía, quedan aquellos años donde la magia española trabajaba en la BBC: bodas, bautizos y comuniones.
La televisión se ha bautizado como el medio de difusión por excelencia del mundo de la magia.
¿Ejemplos? Quién no ha oido hablar de la desaparición de la estatua de la libertad, realizada por David Copperfield. Qué persona no ha reido con Tamariz mientras tocaba el violín tras un buen truco. Qué buen español de pro, no ha intentado nunca doblar una cuchara con la mente, tras la aparición de Uri Geller en televisión en los ´80.
Pero, pese a esta simbiósis publicitaria, las actuaciones seguían realizandose en teatros en su mayor parte - sobre todo en los últimos diez años. Y en televisión no pasaban de esporádicas o de formatos copiados de otros paises.
Aquí en España tenemos varios ejemplos:
Los dos programas de Tamariz , "Shalakabula", "Nada por aquí". Programas donde magos de todos los estilos exhibían sus habilidades ante el gran público - físico y televisivo. Programas donde se extrapolaba - sin más - el tipo teatral al tipo televisivo.
Enmagiados sin embargo, ha intentado crear un formato diferente. Nos salimos de la extrapolación teatro-televisión.
Hemos concebido un formato de magia, por y para televisión. Para ello contamos con un equipo de profesionales - ya presentados en entradas anteriores - que tienen por bandera la "originalidad".
Nuestra fórmula es simple: magia, contexto ficcionado y mucho humor. Esperemos que la ecuación sea la correcta.
Carlo Marella
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