La Revolución de los jazmines en Tunez ha supuesto un auténtico efecto dominó. El asunto más sonado estos días es la revuelta en Egipto. El pueblo egipcio clama la dimisión del presidente Hosni Murabak que lleva en el poder treinta años. Sin embargo, no voy a tratar el tema que todos estamos viendo estos días sobre el pulso que Murabak y los egipcios mantienen desde hace una semana. Teniendo en cuenta la temática del Blog me gustaría destacar que si bien las victimas son, por supuesto, los ciudadanos egipcios, que tienen derecho como cualquier otro pueblo a librarse de los tiranos, no hay que olvidar algo que sale perjudicado siempre en toda revuelta, el arte.
El pasado viernes 28 la policía desapareció de las calles de El Cairo. Los comercios fueron saqueados, los vecinos tuvieron que organizar barricadas para cuidar de sus casas y sus negocios, presos escaparon de las cárceles, y los tesoros egipcios se convirtieron en un ansiado botín. Varios relieves de Saqqara han sido expoliados en los últimos días. Saqqara es el mayor yacimiento arqueológico de Egipto y fue la gran nectópolis de la ciudad de Menfis durante el 3.000 al 2350 antes de Cristo. Zawi Hawass, secretario general del Consejo Supremo de Antiguedades, lamenta la pérdida de estas piezas únicas aunque afirma que el resto de los tesoros del país, como Luxor, Asuan, Alejandría o las pirámides de Guiza, están protegidos.
SAQQARA |
El sabado 29 un grupo de delincuentes entraron en el Museo Egipcio de El Cairo a buscar oro, y al no encontrar lo que querían destrozaron las obras de arte que encontraron a su paso. Al enterarse parte del pueblo alzó su voz enojado y una multitud de ciudadanos formaron una cadena alrededor del museo para protegerlo de futuros ataques. Desde el domingo tanques del ejercito custodian también el edificio.
MUSEO EGIPCIO DE EL CAIRO |
El problema es que muchos de estos fabulosos tesoros son muy codiciados por grandes coleccionistas, y puede obtenerse una fortuna por ellos en el mercado negro. Aunque vista la situación actual del país sólo cabe rezar para que no ocurra un golpe tan tremendo para el arte como el expolio del Museo Nacional de Iraq en 2003. Los egipcios quieren hacer Historia con esta revuelta, esperemos que aprendan de los errores de otros pueblos y que esto no implique destrozar su pasado.
Tamara Criado Gómez
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