Viernes por la noche, llueve. En el escenario todo preparado para ver a Yunke, Premio Mundial de Magia en la modalidad de Grandes Ilusiones. Se presenta en este festival su último montaje La Muerte Enamorada, según la publicidad:
"La obra une la fuerza de la magia de Yunke con la tradición de la literatura de misterio y terror mediante la adaptación de textos de autores del siglo XIX, como Edgar Allan Poe, E.T.A. Hoffmanny Théophile Gautier. Precisamente adopta el titulo del relato homónimo de este último escritor."
Es una apuesta arriesgada que se aleja del clásico espectáculo en donde el ilusionista realiza una tras otra, grandes ilusiones sin ningún hilo conductor. La estética está muy cuidada y el primer número representado por demonios desplazándose de forma inhumana alrededor de dos sedas blancas que cuelgan del techo te atrapa desde el primer momento. La capa roja recuerda inevitablemente la película El Ilusionista y el momento de la desaparición de la protagonista del film (reproducido también en este montaje). Y la levitación... ¡brutal!.
Salimos del teatro con una sensación extraña, con ganas de ver más. El espectáculo se hizo muy corto y no por lo que disfrutamos (que también) sino porque objetivamente lo era. Dio la sensación de ser un número no terminado. Quizá hubo algún problema técnico que no se pudo solucionar a tiempo... no se. De todas formas, la hora excasa que duró fue suficiente para dejar patente una vez más por qué Yunke está considerado como uno de los mejores magos de escena a nivel mundial. Y en la calle seguía lloviendo...
Jerónimo Gómez Escamilla
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