Bill Viola es considerado el padre del videoarte, movimiento artístico nacido en los años cincuenta, y que tuvo su apogeo en los Estados Unidos de los sesenta y setenta. Surgido de la consolidación de los medios de comunicación de masas, el videoarte pretendía explorar las aplicaciones artísticas alternativas que ofrecía la nueva cultura comunicativa. Los medios electrónicos, analógicos y digitales, y el potencial del vídeo y audio, se intentaban combinar de la mejor manera estética posible.
Nacido en Nueva York en 1951, su carácter anárquico e inquieto marca su vida y obra. Realizó sus estudios en la “Universidad de Syracuse”, centro pionero en la utilización de nuevos medios de expresión. Su inquietud espiritual le llevó a viajar por todo el mundo, realizando numerosas grabaciones, como “Chott El-Djerid” en el desierto de Túnez o “Hatsu Yume”, en Japón.
La personalidad zigzagueante de Viola, abrazó el budismo y el pensamiento zen, además de interesarse por las personalidades místicas cristianas y el espiritualismo, consigue revolucionar un movimiento estancado como era el videoarte en los años sesenta. Gracias a su creatividad y su capacidad técnica, este estilo experimenta un gran impulso.
Su obra, llena de remisiones filosóficas y místicas, se encuentra entre el patrimonio más importante del pasado siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario