
Tamariz con Ascanio (izquierda) |
Tamariz, como artista completo, lo ha conseguido. Tiene una particular forma de entender el ilusionismo que se manifiesta en su trabajo, diferente de la de otros muchos grandes magos y que ha influido en sus contemporáneos y en las generaciones venideras.
La concepción mágica de Juan se fundamenta en torno a la teoría de las pistas falsas, desarrollada en su libro La vía mágica (agotado desde hace años).
Juan no trata de que su público crea que hace magia de verdad y que no hay técnicas secretas. Es consciente de que los espectadores no son (somos) tontos; pensamos, analizamos y tenemos muy presente que una carta elegida no puede aparecer mágicamente dentro del sobre cerrado que sujeta una espectadora. Por mucho que no sepamos, ni siquiera intuyamos cómo lo ha hecho, tenemos interiorizado que es imposible que la materia se “teletransporte” y por tanto sabemos a ciencia cierta que hay truco.
El artista se mueve por la delgada línea que separa lo racional de lo fantástico, en equilibrio más o menos perfecto logrando que el plano físico (materia, imposible que viaje de un sitio a otro por sí misma), se confunda con el plano emocional (milagro laico) en una misma dimensión. para lograr llevar al espectador a ese estado es necesario conducirlo por la vía mágica, concepto que desarrollaremos en la próxima entrada.
Jerónimo Gómez Escamilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario