jueves, 31 de marzo de 2011

Goodbye Lenin

Goodbye Lenin. Con este título se nos presenta una obra de arte. Una película bastante conocida, pero muy desconocida a la vez, que debiera considerarse un clásico. Un clásico de obligada visualización para todos aquellos que quieran saber qué y cómo fue la reunificación alemana y la caída del socialismo en la República Democrática Alemana, y en Europa. Una de esas películas que no destaca por su calidad, sino por su contenido. Y cuando nos referimos a ese contenido no solo es la crítica mordaz hacia el sistema capitalista que realiza, sino a todo su conjunto. Las miserias de la Alemania socialista son representadas a la perfección, el atraso respecto a la otra Alemania, la falta de recursos. Pero a la vez nos muestra como la entrada del capitalismo no hizo sino empeorar la situación, miles de despidos, falta de trabajo, necesidades que antes no existían, y sobre todo exigencias, una tras otra, que no suponían sino más y más dinero que gastar y, más importante, que conseguir. Y todo ello con la inconfundible marca que deja Yann Tiersen, cuyas bandas sonoras se te quedan grabadas a fuego, cómo sin duda pasa también con “Amelie”.

La película discurre en octubre de 1989, unos días antes de la caída del Muro de Berlín, cuando la madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas socialistas, entra en coma. Cuando despierta ocho meses después, Alex hará lo posible y lo imposible para que no se entere de que ya no existe su querida Alemania Oriental, para que no sepa que está viviendo en una Alemania reunificada y capitalista. Su objetivo es convertir el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre vive cómodamente creyendo que nada ha cambiado. Ajustada mezcla de comedia y drama para un film con excelentes críticas que se convirtió en un auténtico fenómeno sociológico en Alemania.


La película te sorprende con imágenes increíbles como la retirada de la estatua de Lenin mientras la madre de Álex lo contempla, las nuevas publicidades capitalistas como las de Coca-Cola, que Álex debe explicar a su madre, cómo la hermana pasa a trabajar en una empresa de comida rápida, quizás el más puro exponente capitalista, y un largo etcétera.


La película se realizó en 2003, pero es sin duda una película que sobrevivirá al paso del tiempo. Y logra lo que casi ninguna película consigue cuando se basan en un conflicto político; descubrirnos las miserias de uno y otro lado sin posicionarse en ninguno, algo digno de alabar. Una gran película que no olvidarás fácilmente.




Tamara Criado Gómez

No hay comentarios:

Publicar un comentario